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“I swear I’m never gonna be brokenhearted. Ever again.": La soledad como triunfo en la música pop.

  • Foto del escritor: André Martinez
    André Martinez
  • 2 ago 2019
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 11 abr 2020

Durante años, artistas han cantado sobre las secuelas de una ruptura, sobre el no poder superar un viejo amor o sobre un amor no correspondido. Existen miles de ejemplos, tanto antiguos como recientes: canciones de hace décadas como “I Will Always Love You” de Dolly Parton y popularizada por Whitney Houston, o en años recientes “Somebody Like You” de Adele y “Stay With Me” de Sam Smith.


Algo que tienen en común aparte del tema que estos artistas tocan es, que son baladas. La producción la mayoría de las veces es mínima, pues es aquí donde la voz del cantante toma el papel principal e intenta mostrar su vulnerabilidad de la manera más convincente y así poder hacernos entender su dolor.


Sin embargo, hay artistas han hecho una combinación que buscando unir esos lamentos y tristezas con una producción que nos invita a bailar, sin importar si tenemos a alguien más con quien hacerlo, porque al final del día, solo necesitamos de nosotros mismos para disfrutar de esos pequeños momentos que nos traen felicidad.


Tomemos “Dancing On My Own” de Robyn como ejemplo. Una canción tomada del álbum Body Talk del 2010 que fusiona géneros como el dance-pop y electrónica y que relatan a la protagonista de la historia yendo a un club para ver con sus propios ojos que su ex pareja no solo ya la ha superado, sino que ahora ya tiene a alguien más con quien compartir su vida. Tristemente, Robyn se lamenta:

I’m giving it my all. But I’m not the girl you’re taking home. I keep dancing on my own.

Sola y entendiendo que es en vano intentar llamar la atención de su viejo amor, la pista de baile y la música simbolizan para Robyn una manera de liberar ese dolor que necesita dejar salir, y es así como supera esa situación, algo con lo que la gente se puede identificar, pues a veces un club o un antro no solo son lugares a donde va a la gente a tomar y divertirse, sino que también representan un lugar a donde la gente va a lamentar sus penas, a veces incluso sola.



Otra artista pop que nos regaló uno que otro himno sobre la soledad en un estilo que todavía los hacía capaces de hacernos mover fue Carly Rae Jepsen. De su álbum del 2015, E•MO•TION, Carly nos presenta, “Your Type”, la cual habla de un amor no correspondido que solamente la ve como una amiga, del que ella no puede sacar de su cabeza, ni de su corazón. Pero Carly entendiendo esto, lo admite y se lamenta de que aún a pesar de este conocimiento, no lo puede dejar ir, y es ahí junto a una explosión en el coro y una lluvia de sintetizadores, que Carly grita:


I’d break all the rules for you. Break my heart and start again. I’m not the type of girl you call more than a friend.

Carly acepta este dolor, y está incluso dispuesta a soportarlo una y otra y otra vez, con tal de sentir ese amor correspondido al menos una vez, aunque sabe que la posibilidad de que esto pase sea improbable. Y a veces, nosotros mismos somos Carly; hacemos esto, el seguir en una relación cuando sabemos que las flamas ya la están consumiendo, o el ignorar esas señales de que tal vez la persona que queremos no puede reciprocar ese sentimiento. A veces el amor nos hace seguir lastimándonos con tal de que esa persona sea feliz, o que nosotros por al menos un instante efímero, podamos ser felices.



Esta no sería la última vez que Carly nos hablaría de un amor no correspondido, pues un año después con “Fever”, una canción dentro de una colección que no logró formar parte del álbum E•MO•TION, pero que lanzaría después en el EP E•MO•TION Side B. Aquí, Carly parece estar del lado de una relación que ha terminado y donde ella no logra procesar sus sentimientos como quisiera. “Solo amigos” dice él, mientras que ella duda si en realidad es capaz de seguir con esa amistad. Miedo, nervios, y súplica se ven reflejados en la letra, hasta que Carly canta en el coro junto a sintetizadores pulsantes:


You wanna break my heart, alright. I caught your fever, I’ll be feeling it forever. You want a brand new start, alright. I caught your fever, I’ll be feeling it forever.

Carly sabe que parte de terminar una relación es entender que de verdad se ha acabado, y que con esto vendrá dolor, e incluso temor de que ese sentimiento nunca se irá. Existe ese miedo de que ese dolor y ese amor por esa persona siga por un buen tiempo, sin embargo, Carly acepta este desafío con un simple “alright”, de una manera tan tranquila, que nos hace pensar que si ella pudo, ¿por qué nosotros no?



Aunque también una expresión de dolor, artistas han abrazado esta soledad y la han convertido en algo más que solo lamento, sino también una declaración de amor a ellos mismos; un recordatorio de por lo que han tenido que pasar para haber llegado a donde están, y es aquí donde entra la razón por la que decidí escribir esto. Una pequeña oda a una canción que me sacó de un lugar oscuro después de terminar una relación; una canción que me ayudó a superar ese sentimiento de pensar que uno no es suficiente para alguien, o de que este sentimiento de dolor y temor a amar nunca se irá.

Después del ya mencionado Body Talk, Robyn se tomó un descanso de casi una década y en octubre del 2018 sacó Honey, un álbum de tan solo 9 canciones que toman inspiración en producción disco y electro-pop detallando los momentos exactos después de que una relación ha terminado, empezando con ese sentimiento de soledad y necesidad de llenar ese espacio vacío que ha dejado esa persona en “Missing U”, y que termina con “Ever Again”, una canción donde Robyn se jura a sí misma nunca volver a dejar que se rompa su corazón, y si por alguna razón vuelve a pasar, no dejar que esto la destruya como lo hizo antes.


Fue en una noche de diciembre que mientras escuchaba "Ever Again", algo dentro de mí ocurrió; ya no era yo quien controlaba mi cuerpo, sino que por sí sólo se levantó y con los ojos cerrados y todavía con el corazón roto, se movió al ritmo de la melodía, dejando salir todo eso que llevaba cargando por dentro, y mientras bailaba sólo en mi habitación al ritmo de la canción y mientras Robyn se cantaba a sí misma en el último coro:


I'm only gonna sing about love. Ever again (Trust me, trust me). Never gonna let it happen (Then it won't be all for nothing, I swear). Oh, I swear I'm never gonna be brokenhearted. Ever again (Ever again)

Con lágrimas en los ojos, todo ese resentimiento, esa soledad, y esa tristeza, ya no dolían como antes. Claro, todavía dolían, pero no como algo negativo, sino como una señal de que por fin estaba sanando. Todo no fue ni iba a ser en vano, pues habían ocurrido para algo. Como dijo ella, ya solo me tocaba a mí mismo quererme como nunca lo había hecho, y jurarme que este dolor no sería en vano.


Es aquí donde aprendí algo especial gracias a Robyn; me ayudó a entender que está bien sentirse así, que es normal extrañar a esa persona que nos hizo feliz, y que a pesar de todo, es muy probable que nos sigue haciendo feliz tiempo después. Me hizo entender que tener el corazón roto es normal, pero que también nos debemos a nosotros mismos el protegerlo cada vez más que se vuelva a romper.


Y si alguna vez mi corazón volvía a doler, también volvería a sanar, y no dejaría que me destruyera más, como lo hizo aquella vez.




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