E•MO•TION: Una invitación al escapismo.
- André Martinez
- 23 dic 2019
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 3 dic 2020
“¿Es en serio?”
Esta es la pregunta que más frecuentemente recibo cuando menciono que E•MO•TION, el tercer álbum de la artista Carly Rae Jepsen, es mi álbum favorito de toda la vida, seguido de una pequeña risa y acompañado a veces de un “¿quién? o un ¿oh, es de verdad?”. Y la cosa es, que lo entiendo. ¿La chica que lanzó hace años un hit como "Call Me Maybe" ahora había creado un álbum de culto pop?
Durante estos últimos cuatro años y medio que han pasado desde que el álbum fue lanzado a nivel mundial, he intentado encontrar una respuesta al porqué. Es decir, ¿es este el mejor álbum pop jamás creado? La respuesta a esto es simple: no. Ha habido álbumes mejores que lo precedieron y que han salido después de este, pero muy pocos, siento yo, han capturado ese sentimiento y el tema central que creo define el porqué E•MO•TION es un gran álbum: el escapismo.
El escapismo, así como el optimismo que va junto a él, definen y unen esta colección de doce a diecisiete canciones para convertirla en un pequeño escape de la realidad junto a Carly, donde nos adentra en su mundo de amorío, aventura, y sobre todo, emociones.
Por una hora, Carly nos invita a un viaje en el que vivimos junto a ella la euforia de escaparte a la mitad de la noche con el amor de tu vida en “Run Away With Me”; a hablar sobre chicos por el teléfono con nuestras amigas en “Boy Problems”; a perderte con la persona que jamás pensabas se fijaría en ti en “Let’s Get Lost”; a llorar y gritar por un amor no correspondido en “Your Type”; y a darse cuenta del valor de uno mismo en “When I Needed You”. Y el EP que acompañaría esta primera colección, E•MO•TION Side B, solo expande sobre la premisa original y nos regala otras ocho canciones para escaparnos un rato más.
Tomemos “Run Away With Me” como ejemplo, canción que comienza el álbum, y lo hace de una manera impactante, con un riff de saxofón que se va repitiendo durante los 4 minutos y 11 segundos en que Carly nos relata su único deseo: escapar.
Es un deseo de simplemente dejar todo atrás por más drástico e irreal que suene, pues cuando uno está con esa persona que tanto quiere y desea, ¿no es lo único que se quiere hacer? Incluso ese deseo llega a parecer posible. Y poco a poco esa euforia va aumentando hasta que explota en el coro:
Baby, take me to the feeling I'll be your sinner in secret When the lights go out Run away with me, run away with me Baby, every single minute I'll be your hero and win it When the lights go out Run away with me, run away with me
En ese momento somos Carly, deseando dejarlo todo atrás de la noche a la mañana y empezar en otro lugar, pero no solos, sino con esa persona que no dejaríamos atrás por nada. Acompañado de una producción de sintetizadores, golpe de tambores que simbolizan los latidos de un corazón y un saxofón, ya dejamos, como Carly, nuestra realidad atrás. El éxtasis, la euforia, o como le quieras llamar, es esta canción; un comienzo que nos promete fantasía y un escape que tal vez sea efímero, pero no necesita ser más largo para ser especial.
No tanto tiempo después, nos encontramos con “I Really Like You”, la única canción que probablemente la gente reconoce de este álbum. Y a pesar de que en su tiempo, como otros, llegué a odiar esta canción antes escuchar el álbum, dentro del contexto en que se desarrolla, la canción cobra sentido. El álbum toca etapas de una relación amorosa, como lo es enamorarse, la fantasía y también cuando se llega a la ruptura, pero antes de todo esto, está la etapa de la atracción: cuando empiezas a sentir algo por una persona; sabes bien que no es amor, pero entonces, ¿qué es? Ese sentimiento se empieza a ver reflejado en la letra:
Y antes de llegar al coro, un sentimiento de duda, de reflexión hacia adentro llega, justo antes de que Carly exprese lo que siente, de una manera simple:
I really, really, really, really, really, really like you And I want you, do you want me, do you want me too? I really, really, really, really, really, really like you And I want you, do you want me, do you want me too? Oh, did I say too much? I’m so in my head when we’re out of touch (When we’re out of touch!) I really, really, really, really, really, really like you And I want you, do you want me, do you want me too?
¿Le amo, o solo me gusta? ¿Es muy pronto para decirlo? ¿Estuvo bien lo que dije? ¿Me quiere siquiera?
Todos hemos pasado por esa etapa, ese momento en que las cosas empiezan a tomar forma y esos secretos salen a la luz, y poco a poco esos pensamientos dejan de ser solo eso y se convierten en realidad. Es un sentimiento universal junto al amor. Es una etapa dulce y a veces demasiado juvenil o infantil, pero incluso los adultos pasan por ello antes de que se torne más serio, y esto es encapsulado a la perfección en “I Really Like You”. ¿Demasiado dulce? Tal vez. ¿Muy juvenil? Demasiado. ¿Universal?...Sí. “I Really Like You” se convierte en parte esencial de E•MO•TION lo quiera uno o no.
A tan solo unas canciones de acabarse el álbum, “Let’s Get Lost” llega, recibiéndonos con otro saxofón pero esta vez para contar una historia diferente a “Run Away With Me”. Aquí Carly canta sobre sus inseguridades, el miedo a ser rechazada por alguien que le atrae, a depositar toda su confianza en alguien, pero encuentra algo, o más bien a alguien, que la hace dudar de sus miedos, y con un pequeño pre-coro nos dice a nosotros y a él:
Y de nuevo esa euforia nos pega, junto a un coro lleno de emoción, dulzura, y sobre todo, simple felicidad.
Esa llama se enciende y queremos escapar con ese alguien, ese alguien que no es nuestra pareja, pero tampoco es un amigo; ese alguien que puede hayamos conocido hace poco y ya se convirtió en alguien importante; ese alguien que siempre llamó nuestra atención, y para nuestra sorpresa, también captamos la suya. Esa adrenalina nos lleva y nos envuelve en un éxtasis de emoción. No encuentro una mejor manera de poder describir ese sentimiento, pues creo lo más cercano a ello, es esta canción.
La última canción de la que quisiera hablar es la que termina la versión estándar del álbum: “When I Needed You”. Todo de lo que he hablado antes es, felicidad, romance, esa euforia de estar con ese alguien especial. E incluso cuando E•MO•TION toca el tema de la soledad y la ruptura, como lo hace en “When I Needed You”, lo hace con un optimismo que pocos álbumes lo hacen. Al final del día, es el optimismo lo que nos mantiene vivos, ¿o no? Si no, ¿qué sentido tendría continuar?
Aquí, después de una relación fallida, Carly sigue extrañando a ese alguien especial, relatando como quisiera regresar a cuando todo parecía tan sencillo y tan feliz:
Pero detrás de esos momentos, se encuentra ella siendo alguien quien no era en realidad, alguien que ella tenía que fingir ser para complacer a su pareja:
Y es aquí donde encuentra esa fuerza y realización para decirse a sí misma: “No vale la pena perderme para encontrar a alguien más”:
Carly contrasta esta revelación y la letra con una producción optimista y dulce, pues sabe que a pesar de encontrarse en un lugar oscuro para superar a ese alguien, al final del camino hay luz, y sobre todo, que siempre estará ella misma para apoyarse en el camino. Y si ella pudo, ¿por qué nosotros no?
Y repito, Carly no es la primera en tocar estos temas en su música y no será la última, y es difícil señalar el qué hace a E•MO•TION tan diferente de otros álbumes y artistas que lo han hecho; simplemente lo hace. Y con cada repeat que le doy al álbum una vez que se acaba, ese sentimiento de estar ausente de la realidad y de toda preocupación vuelve.
Estoy seguro que cuando escuché el álbum por primera vez no podía entender el porqué me sentía tan apegado a él; tal vez era esa dulce producción inspirada en los 80s, o esa relatabilidad en sus lyrics que podía hacer que un adolescente mexicano de 16 años se sintiera identificado con una mujer canadiense de 30. A pesar de que cuatro años no es mucho en el gran marco del tiempo, el contexto en el que me encontraba y en que pasaron estos años fue significante para mí: estaba comenzando la preparatoria, encontrando mi propia identidad y por ende, buscando paz con ella. Años después, ya estoy a más de la mitad de la universidad; he crecido, madurado, pasado por experiencias por las que no había pasado entonces. Soy alguien completamente diferente a ese muchacho de 16 años. Y aún así, cada vez que escucho este álbum, se siente como la primera vez.
Fuese lo que fuese, E•MO•TION marcó un antes y un después para mí. Pronto mis amigos tendrían que soportar todos mis tweets y pláticas sobre por qué el álbum era en realidad bueno y merecía ser escuchado; como la chica que era responsable de una canción como lo fue “Call Me Maybe” había sacado uno de los mejores álbumes en tiempos recientes; como ni siquiera los Beatles fueron capaces de crear una joya tan significativa como lo fue E•MO•TION. Y si alguno quiere ver lo exhaustivo que fui en promocionar este álbum, puede buscar las palabras “E•MO•TION” o “Carly” en mi Twitter (@ilegalIyblonde) para comprobarlo.
Y claro, muchos pensaron, al igual que yo, que eventualmente me cansaría del álbum y continuaría con el siguiente que llegara; no sería la primera vez. Pero no fue así; los meses pasaron, estos se convirtieron en años y ahora la década está por acabar. Decidí escuchar a artistas con álbumes excelentes que no había escuchado antes, como Lana del Rey (Norman Fucking Rockwell!), Beyoncé (BEYONCÉ y Lemonade), Robyn (Honey) y Alanis Morissette (Jagged Little Pill); artistas favoritas como Katy Perry y Ariana Grande lanzaron nuevos álbumes que escuché una vez y no volví a explorar más allá de una que otra canción (Witness, Sweetener y thank u, next respectivamente), e incluso Carly sacó otro álbum, Dedicated, el cual estaría dispuesto a llamar mejor en calidad que E•MO•TION, con un tracklist con mejor cohesión y una exploración con mayor madurez en las lyrics, pero a pesar de todo esto, el álbum al que termino regresando más que cualquier otro sigue siendo E•MO•TION.
Y cada vez que lo escucho, es imposible ignorar ciertos defectos que tiene como han mencionado ciertos críticos: cierto optimismo ciego ante la realidad, la falta de personalidad de Carly una vez que se acaba el álbum; pero para mí, estas críticas y “fallas”, solo ejemplifican el qué hace a este álbum tan especial, no solo para mí, sino para miles de personas más. Carly no tiene que ser otra estrella pop extravagante como Madonna o Lady Gaga, o un ídolo que parece tener presencia surreal, como Beyoncé o Rihanna; solo necesita ser, pues, ella.
Es por esto que jóvenes, adultos, hombres gay, mujeres heterosexuales, críticos musicales, amantes del pop, y muchos más encuentran un confort en ella y su música. Uno no necesita ser su mayor fan, o incluso ser fanático de la música pop para disfrutar de E•MO•TION.
A veces yo lo único que quiero hacer es escapar un rato de la realidad, y al final del día, en el actual mundo en que vivimos, ¿no es eso lo que todos queremos?

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